La argentina Solana Sierra cayó en octavos de final en un partido reñido (7-6, 6-4) frente a una competidora griega que sorprendió al público del Argentina Open con su español fluído. "Ha sido un partido muy duro, quería felicitar a Solana y si sigue así va a tener mejores momentos", dijo Despina Papamichail al concluir el que fue su segundo partido del torneo, luego de vencer a otra argentina, Lourdes Carlé -quien es su compañera en dobles- por 3-6, 6-2 y 6-2. en la etapa anterior.

Papamichail, la tenista griega que apagó el sueño argentino en el torneo, habla español, le gusta el reggaeton y es fanática de Benjamín Rojas.

Despina no necesita subtítulos

Aunque nació en la localidad griega de Préveza, Despina habla un español perfecto. "Me fui a España con 18 años, me mudé ahí porque en Grecia no teníamos mucha oportunidad. He vivido ahí varios años, luego en Italia y ahora en Barcelona los últimos cuatro años", explicó la tenista a Diario con Vos.

Me fui a España con 18 años porque en Grecia no teníamos mucha oportunidad.

"Me gusta la música en español, me gusta el reggaeton", reconoció y destacó: "cuando estoy en un país, me gusta aprender la cultura".

Sus inicios y la edad como obstáculo

Despina -o Despi, como la conocen sus amigos dentro y fuera de la cancha- nació el 9 de febrero de 1993. Tiene 28 años, 11 más que su última rival y es una de las mayores del torneo. Sin embargo, dice no fijarse en ese dato a la hora de jugar: "la edad no es importante, yo no suelo ver las edades de cada una sino que me concentro en lo positivo que tengo, el tener más experiencia".

Papamichail ganó 15 títulos individuales y 34 en dobles en el Circuito ITF y está 199° en el ranking de la WTA.

Sus inicios, al igual que los de muchos deportistas, tuvieron lugar cuando ella era muy joven. "Empecé con ocho años, en mi familia todos hacemos deportes, yo hacía natación pero al lado había una pista de tenis y una amiga mía me dijo que vayamos a jugar", rememoró Papamichail. "Mi yo de ocho años debería recordarme que se juega por disfrutar porque ahora como estamos tan metidos en este mundo y queremos subir, con el dinero y todo, a veces nos olvidamos de lo importante, que es el tenis, lo que tanto nos gusta", reconoció.

Mi yo de ocho años debería recordarme que se juega para disfrutar. Ahora estamos tan metidos en este mundo en el que queremos subir, con el dinero y todo, que a veces nos olvidamos de lo importante: el tenis.

"Empecé de casualidad, mi familia no tiene nada que ver con el tenis, soy la primera en jugar, aunque ahora mi hermano también juega", señaló y destacó que él es su más grande apoyo. "Mi hermano me acompaña en varios torneos, no en todos pero ahora intenta venir más. Y tengo a mi entrenador que es de Barcelona, a quien comparto con otras dos chicas españolas (Irene Burillo Escorihuela y Andrea Lázaro García, que también participaron en este torneo)", contó Papamichail.

Su amor por Argentina

Sobre su visita a la Argentina, Despina dijo: "probé el asado, me gustó, como carne cada noche; probé el dulce de leche". Y reconoció: "no tuve mucho tiempo para visitar. Conocí el Obelisco y vi algunos parques porque me gusta mucho el verde".

Sin embargo, el atractivo que tiene el país para ella no pasa por los lugares, ni por la comida, sino por el fanatismo. "Mi amor platónico es de aquí, Benjamín Rojas, de pequeña veía mucho Rebelde Way y dormía con una camiseta con su foto", confesó y reconoció que le "gustaría conocerlo".

Mi amor platónico es de aquí, Benjamín Rojas, de pequeña veía mucho Rebelde Way y dormía con una camiseta con su foto.

También se refirió a su amistad con la argentina Lourdes Carlé, con quien comparte dupla en dobles. "Ella empezó a jugar hace poco, cuando terminó el college. Yo la conocí en el último año, nos empezamos a ver en torneos", recordó. "No habíamos jugado nunca dobles pero sí nos llevamos siempre bien, tenemos mucha energía las dos y somos muy luchadoras; queríamos probar hacer dupla las dos y esta fue la oportunidad perfecta".

Despina se refirió, por último, al público argentino en el Open que se juega en Buenos Aires. "Nos da gusto que vengan a apoyar, porque estamos acostumbradas a jugar torneos no tan grandes, en los que no hay gente", concluyó.