En esta oportunidad, Ernesto Cherquis Bialo relató el recorrido de Carlos Monzón: cómo pasó de ser un ícono del boxeo internacional a terminar sus días preso por un femicidio y morir en un accidente automovilístico en una salida transitoria de la cárcel.
Cherquis Bialo, que acompañó gran parte de la trayectoria del mejor boxeador de la historia argentina, recordó cómo fueron los momentos previos a que Monzón obtenga el título mundial: "En esa época vino el representante de Nino Benvenuti a Buenos Aires y lo llevaron a comer al restaurante Nápoli -donde nació la milanesa napolitana- frente del Luna Park", relató el periodista.
Bialo contó que en esa oportunidad le preguntaron a Tito Lectoure qué tal era Monzón y que el empresario ligado al boxeo dijo que era "flaco y débil" y que no creía le pudiese ganar al italiano. Sin embargo les avisó que "pegaba fuerte". Aquella pelea se realizó el 7 de noviembre en Roma y Monzón triunfó para después defender 14 veces el título.
A pesar de haber comenzado el relato por el hecho más significativo de la carrera del boxeador, Cherquis retrocedió en el tiempo y contó que la mamá del boxeador, que tuvo 9 hijos, "estuvo echada en el barro para parirlo". "Un niño marginal, una infancia con raquitismo, un padre borracho", enumeró el periodista. Luego continuó explicando cómo Monzón, una vez que llegó a la ciudad de Santa Fe, vendió diarios, lustró botas, formó parte de pandillas, participó de robos y estuvo en el reformatorio.
Un día un instructor notó que tenía aguante y le recomendó que boxeé", reconstruyó Bialo.
"Un día un instructor notó que tenía aguante y le recomendó que boxeé", reconstruyó Bialo y explicó que después se convirtió en una "figura glamorosa" al filmar con Susana Giménez La Mary. "A Susana le encantaba el tipo de hombre que era Monzón", aseguró el periodista y agregó: "en una carpa, en la grabación, le confesó su amor". "Todas las mujeres querían conocerlo, inclusive alguna princesa, y él no sabía negarse a nada", destacó.
" Cuando no tenía pelea, arrancaba con el Gancia de las 11 A.M y terminaba con cenas interminables", explicó Cherquis y explicó que, sin embargo, paraba los excesos para entrenar. "Tenía una cuota de instinto superior a la racionalidad", determinó.
Pero, según el periodista "después del boxeo ya no había períodos de abstinencia y vino el declive". "Se empezó a cerrar la parábola y la subterraneidad de Monzón fue en el '88 con el femicidio de Alicia Múñiz", observó.
"Hoy hubiese tenido cadena perpetua", subrayó Cherquis.
Luego la historia es conocida: Monzón terminó condenado a 13 años de prisión. "Hoy hubiese tenido cadena perpetua", subrayó Cherquis atendiendo a que en aquella época la figura de feminicidio no existía y el boxeador fue juzgado por homicidio. Finalmente murió en una salida transitoria en un accidente en la ruta.
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