En las últimas horas se conoció la noticia de la inversión millonaria que recibirá nuestro país de la mano de la empresa australiana Fortescue para producir hidrógeno verde en Río Negro. ¿Qué es y para que sirve?
El hidrógeno es el elemento químico más ligero y abundante del planeta. Si bien se puede utilizar en su forma más pura como combustible, no es una fuente primaria de energía sino un vector energético. Para que pueda transformarse en combustible o en generador de electricidad, debe ser previamente tratado. Según la materia primaria que se utilice en su producción y las emisiones de CO2 que se generen en el proceso, el hidrógeno se suele clasificar en tres colores: verde, gris y azul.
El hidrógeno verde no emite gases contaminantes ni en su producción ni en su combustión para crear electricidad, sino que emite vapor de agua.
El hidrógeno gris, el que más conocemos, es producido a partir de hidrocarburos como el gas natural, metano u otros gases contaminantes, mientras que el azul es muy similar, pero se le aplican tecnologías que reduce considerablemente las emisiones de carbono. Por otro lado, el verde se genera a partir de electricidad procedente de energías renovables, que en el caso de Argentina será la eólica.
Una de las principales características del hidrógeno verde es su versatilidad, ya que puede transformarse en electricidad o combustibles sintéticos y utilizarse con fines domésticos, comerciales, industriales o de movilidad. Cuenta con un gran potencial para descarbonizar (reducir emisiones de carbono) el transporte pesado y de larga distancia, así como industrias que consumen mucha energía, tales como el acero, el cemento, el papel o la de fertilizantes.
La producción de hidrógeno verde permitirá utilizar y transportar energía renovable que de otro modo sólo podría utilizarse en la zonas aledañas a la generación. Entre las principales ventajas que presenta, se destaca que no emite gases contaminantes ni en su producción ni en su combustión para crear electricidad, sino que emite vapor de agua.