Renunciaron el presidente, Carlos Cruz, y la vicepresidenta, María Quevedo, de la Unidad de Información Financiera (UIF). El Gobierno Nacional aceptó las dimisiones. Aparentemente, el presidente respondía al sector de Alberto Fernández, mientras Quevedo era más cercana a la vicepresidenta.
La UIF enfrentó varios escándalos durante la gestión de ambos. El año pasado, el organismo estatal no presentó su informe anual frente al Congreso. Además, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) comenzará el año siguiente a supervisar la acción de la UIF, para comprobar que cumpla con los estándares internacionales de la lucha contra el lavado de dinero.
Quevedo y Cruz quitaron a la UIF de su rol como querellante en las causas contra diversos dirigentes kirchneristas. En cambio, direccionaron su energía hacia causas que tenían como objetivo a personas del entorno del macrismo, como la del falso abogado Marcelo D'Alessio.
La gestión de la UIF también enfrentó duras críticas desde el oficialismo cuando se conoció, en septiembre pasado, que un error procesal de sus funcionarios derivó en el sobreseimiento de Paolo Rocca y otros directivos de Techint. Los funcionarios de la UIF no presentaron una apelación a tiempo. Por lo tanto, la causa encontró un final temprano.
Luego de una investigación interna, la UIF despidió a Fernando Diez. Este era uno de los abogados encargados de representar al organismo en una causa relacionada a los "Cuadernos de las Coimas". A partir de este hecho, Diez presentó una denuncia, junto a la abogada Marcela Vivona, contra Cruz y su jefe de Gabinete, Gabriel Rojas, por hostigamiento.