En Un Mundo Feliz, la novela distópica de Aldous Huxley, la extraña corporación-gobierno que tiene el poder le entrega drogas a los sectores más desfavorecidos de la población como forma de control social. La sustancia ficcional se llama Soma, y no tiene efectos secundarios. Huxley imaginó un mundo donde la combinación entre diseño genético y hedonismo lograban una sociedad tan estable como insoportablemente opresiva.
Por supuesto, estamos lejos de eso. O, tal vez, no tanto. Una imagen, tomada en San Francisco, California, muestra a una persona en situación de calle, sentado cerca de una carpa, utilizando un casco de realidad virtual. Escapando, bastante literalmente, de su situación a un mundo imaginario.
La imagen recorrió varias redes sociales, desde Twitter hasta Reddit o 4chan. San Francisco, el lugar donde se tomó la foto, enfrenta hace años un problema con la cantidad de gente en situación de calle en su ciudad. La combinación de su clima templado y una serie de programas sociales más generosos que los que se encuentran en la mayoría de las ciudades estadounidenses lo vuelven un destino atractivo para esta población.
El casco en cuestión es un Oculus, producido por Facebook, la empresa de Mark Zuckerberg. El magnate de la tecnología apunta a crear un "metaverso", donde la gente pueda trabajar y jugar, con sus productos de realidad virtual.
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