Sebastián Piñera, el presidente de Chile, decidió imponer un Estado de Excepción Constitucional por Emergencia de 15 días en las provincias de Bobio, Arauco, Malleco y Cautín. Este tendrá participación de las Fuerzas Armadas del país vecino. Se trata de una respuesta a una escalada de violencia en esas zonas ante una serie de manifestaciones de comuneros mapuches.
Piñera justificó su decreto en base a los "graves y reiterados hechos de violencia vinculados al narcotráfico, al terrorismo y al crimen organizado". Según contó el presidente, los hechos de violencia del sur del país causaron la muerte tanto de civiles como de oficiales de diversas fuerzas de seguridad y amenazas contra miembros del Poder Judicial.
"Estos hechos de violencia -subrayó Piñera- también han comprometido el orden público y debilitado el estado de derecho". Según el presidente, esto afecta "seriamente la convivencia pacífica en la zona, las libertades, los derechos y la calidad de vida de miles de chilenos y chilenas". El Estado de Excepción podrá ser prorrogado 15 días más al final de las dos semanas.
La medida, explicó Piñera, establece que "las Fuerzas Armadas podrán prestar apoyo logístico, tecnológico y de comunicaciones" a las fuerzas de seguridad de la zona. Sin embargo, no podrán reemplazarlas en la acción en el territorio, para atender o prevenir la violencia. De esta manera, busca imponer la paz en la zona. Además, apuesta a "enfrentar mejor el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado". Según Piñera, "en ningún caso se orienta contra un pueblo o grupo de ciudadanos pacíficos".