En el 2019, casi 50.000 estadounidenses murieron por una sobredosis relacionada con algún opioide. El año anterior, el 2018, fallecieron 46.802 personas por la misma causa. Apenas 8 años antes, en el 2010, la cifra no llegaba ni a la mitad. Ese año hubo apenas 21.088 muertes por sobredosis de ese tipo de drogas. A causa de esta crisis de drogas, se produjeron 500.000 muertes entre 1999 y el 2019.

El tema salió a la luz una vez más debido a un video filmado en Filadelfia, Estados Unidos. Una serie de calles repletas de adictos, doblados a la mitad, caminando sin rumbo o tirados en posiciones extrañas. Muchos de ellos están "nodding out", o cabeceando, una expresión en inglés que intenta describir cierto efecto de distintas drogas basadas en el opio. La acción del psicofármaco les impide mantenerse despiertos, por lo que se quedan dormidos y se despiertan de forma intermitente.

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De acuerdo al Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés), la llamada crisis de opioides tiene su origen en los años 90'. En ese momento, las compañías farmacéuticas presentaron estudios y convencieron a la comunidad medica de que las drogas opiáceas, al ser utilizadas como anestésicos, no iban a volver adictos a los pacientes.

Esto generó una rápida expansión de las recetas de medicamentos opiáceos como forma de tratar el dolor de los pacientes. Luego, la situación derivó en el "uso indebido" de este tipo de drogas, tanto bajo receta como como conseguidos de otras formas. De hecho, el 75% de los adictos a los opioides declaran que su primer consumo fue con receta médica.  Rápidamente se comprobó que las drogas eran altamente adictivas, y se dispararon las muertes por sobredosis en todo el país.