En el día de la independencia, Brasil vive una jornada de mucha tensión ya que Jair Bolsonaro convocó manifestaciones con el objetivo de concretar una demostración de fuerza en plena caída de su popularidad, enfrentamiento con el poder judicial y las elecciones presidenciales que se festejarán el año que viene.
Brasilia y San Pablo son las principales ciudades en donde se desplegaron muchas fuerzas de seguridad para evitar choques entre los seguidores de los distintos partidos políticos. Los seguidores de Bolsonaro se empezaron a concentrar en Brasilia y hay máxima tensión porque algunos manifestantes quieren llegar lo más cerca posible del Congreso y del Tribunal Supremo Federal.
A las 10 de la mañana en Brasil, seguidores del actual mandatario atacaron a distintas personas que consideraron infiltradas. El problema ocurrió con dos jóvenes, que fueron golpeados en la espalda y fueron acusados de ser parte del Partido de los Trabajadores. Estas dos personas lograron irse del lugar.
No queremos una ruptura. No queremos pelearnos con ningún poder. Pero no podemos permitir que una persona ponga en riesgo nuestra libertad”, expresó.
La principal preocupación es en San Pablo ya que a las 14:00 local manifestantes a favor y en contra del gobierno marcharán al mismo tiempo, y tan solo separados por tres kilómetros. Se espera que la movilización en esta ciudad sea la más grande del país y Bolsonaro ya anticipó que también estará presente.
La semana pasada, Bolsonaro había exclamado: “Llegó la hora de decir el día 7 que nos volvimos independientes para decir que no aceptamos que alguien en Brasilia quiera imponer su voluntad”. Estas declaraciones hacen alusión a los jueces de la Corte Suprema y del Tribunal Superior Electoral ya que hace algunas semanas abrieron una investigación contra él y su entorno, entre otras cosas por difundir informaciones falsas.
Ante una multitud de personas, Bolsonaro exclamó: “No podemos seguir aceptando esto. El que actúe fuera de la ley, que se encuadre o se prepare para irse”. Además, el presidente expresó: “O el jefe de ese Poder Judicial pone en caja a uno de los jueces de la Corte o ese poder puede sufrir aquello que no queremos que ocurra”.
Bolsonaro explicó que “No queremos una ruptura. No queremos pelearnos con ningún poder. Pero no podemos permitir que una persona ponga en riesgo nuestra libertad”. Por último, el presidente dijo: “A partir de hoy empieza a escribirse una nueva historia en Brasil. Pido a Dios que, más que sabiduría, me dé fuerza y coraje para decidir debidamente. Las decisiones no son fáciles. No elijan el lado de la confrontación. Siempre estaré junto al pueblo brasileño”.