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Columnistas

¡Es la Guitarra de Johnny!

Por Santiago Gallo Bluguermann *

Suele suceder cuando uno revisa la historia de los guitarristas de rock que los nombres más célebres de las seis cuerdas vayan asociados inmediatamente a un modelo de guitarra. Hendrix y la Fender Stratocaster blanca; David Gilmour y Black Strat de 1969; Slash y sus Gibson Les Paul; Jimmy Page y la mítica Telecaster del dragón; Angus Young y su SG negra. Casi como un apellido extra adosado al que figura en el documento. Por supuesto todos estos (más cientos de violeros célebres que quedan fuera de esta lista) han ido y venido en modelos, variantes customizada, endorsements y customizaciones. Son pocos los que han hecho una carrera con una guitarra. Y una es UNA.

Johnny Ramone y su Mosrite blanca es quizás el caso más llamativo -acaso junto con el mencionado Angus Young- no sólo porque la usó en prácticamente el 90 por ciento de los conciertos que dieron los Ramones a lo largo de su carrera sino porque también es la guitarra que definió un género en si mismo y encima de una marca que no es de las habituales o más reconocidas en el legendario vínculo del instrumento con el rock.

La casa de subastas RR Auction saca a remate LA guitarra del punk y al momento de escribir esta nota, las ofertas iniciales via web alcanzan los 148.579 dólares (el martillo se baja el 25 de Septiembre) . La historia detrás de la célebre viola esconde un par de particularidades que hacen al mito y seguro inciden en el abultado precio final.

Al momento de escribir esta nota las ofertas iniciales via web alcanzan los 88.579 dólares (el martillo se baja el 25 de Septiembre).

El 22 de Octubre de 1977, tras un show de los Ramones en el Aragon Ballroom de Chicago la van propiedad del sello Sire Records con todos los equipos de la banda en su interior fue robada. Entre otros objetos desapareció una Mosrite Ventures II azul que Johnny nunca pudo recuperar. La semana siguiente al atraco Johnny adquiere la que sería su viola definitiva. Una Mosrite Ventures II blanca y negra. La misma a la que en los primeros meses de aquél 1977 le bajara el pulgar porque su precio de 500 dólares le parecía excesivo. Y de hecho lo era, porque valía casi diez veces más que el instrumento que le acaban de robar. Pero acaso la urgencia o el buen pasar de los Ramones por aquellos años hizo que Johnny la adquiriera sin más trámite.

Mosrite había surgido como marca a mediados de la década del 50 gracias al empuje de Semie Moseley, lutier que había aprendido el oficio de la mano de dos nombres también vinculados a las seis cuerdas como Paul Bigsby y la fábrica de Rickenbacker.  La pata financiera de la aventura estuvo a cargo del Reverendo Ray Boatright. Uniendo los comienzos de ambos apellidos y simplificándolos un poco, nació MosRite.

Pero el camino de aquellos instrumentos hechos a mano y de manera artesanal estuvo lejos de ser un éxito inmediato y la marca entró en un sinuoso recorrido con altos y bajos hasta cruzarse con Nokie Edwards. Edwards era guitarrista de los Ventures, una banda de surf rock instrumental que era sensación en Estados Unidos a mediados de los 60. Edwards, que tocaba con Fender, amaba el sonido de las Mosrite que había probado y la marca le propone hacer un modelo signature que llevara el nombre de su banda. Así nació la Ventures y Mosrite quedaría asociada para siempre al sonido del surf rock del que los Ramones tomarían inspiración en los comienzos. Gracias a ese acuerdo Mosrite empezó a fabricar guitarras masivamente y la marca despegó.

La guitarra de Johnny Ramone que se subasta hoy, si bien no fue la única (llegó a tener seis del mismo modelo) sí fue la principal en los casi 20 años que duró su relación hasta su retiro de la música hace ya 25 años. La Mosrite, con varias modificaciones en sus micrófonos, en el puente, cabezal y perillas, grabó 15 discos de los Ramones (en estudio y en vivo) y escupió riffs a velocidad supersónica a lo largo de 1985 shows de los 2263 que dio la banda en toda su historia. Poco más del 87 por ciento de las presentaciones, incluyendo sus recordadas visitas a la Argentina con los memorables shows en Obras, Vélez y el River de 1996 (el más grande de toda la historia del grupo). La última vez que Johnny se colgó la guitarra fue el 6 de Agosto de ese año 96 en The Palace, Los Angeles, en el concierto despedida.

Nunca más volvió a sonar en público. A cuestas llevaba la historia del punk. Y un castigo de 20 años. En cada marca (y son muchas), en cada parte donde la pintura se perdió hay una leyenda, cientos de horas de riffs disparados como una ametralladora. Aún conserva las cuerdas, cuatro púas originales y la correa original reforzada con cinta negra de aquél show donde el One, Two Three, Four! dijo Adiós Amigos. Detrás, casi donde el mango se une al cuerpo está la firma: “Johnny Ramone, My Main Guitar (mi guitarra principal) 1977-1996”.

Daniel Rey, productor histórico de los Cuatro de Queens se la compró al propio Johnny tras el final y de Los Angeles la trasladó de vuelta a Nueva York. Si bien no es la primera vez que RR Auction remata objetos de los Ramones (otra guitarra roja se fue por 71 mil dólares en 2015; un bajo de Dee Dee marchó por 37.694 y unos anteojos de Joey salieron por 12400 dólares), esta es particularmente especial no sólo por todo lo detallado sino porque de este modelo, de cuerpo macizo hecho en una sola pieza solo se fabricaron entre 100 y 150 ejemplares. Durante un tiempo fue exhibida en el Rock And Roll Hall of Fame de Cleveland pero hoy está buscando nuevo dueño. ¿Habrá algún fan argentino capaz de comprarla y sacarle la magia que Johnny dejó oculta adentro? Con un precio de casi cien mil dólares, mejor empezar a creer en milagros.

* Periodista. Conductor de HaganCorrerLaVoz por undinamo.com

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