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Columnistas

El 5 a 0 contra Colombia: la historia de una derrota histórica

Por Federico Yañez

El seleccionado masculino de Lionel Scaloni estrenó su título de campeón de América con una contundente victoria 3-1 contra Venezuela el jueves. La última vez que había jugado luego de ser campeón de algo fue en 1993 cuando, en el inicio de las Eliminatorias para el Mundial de 1994, le ganó a Perú en Lima 1-0 con un gol de Gabriel Omar Batistuta.

Durante un mes nueve equipos -Chile estaba suspendido- jugaron en dos zonas los tres lugares y medio para viajar a Estados Unidos. Ese torneo significó el fin del invicto de 31 partidos del equipo de Alfio Basile cuando perdió 2-1 con Colombia en Barranquilla y luego, la clasificación agónica contra Australia. En el medio estuvo el 5-0 de Colombia, del que hoy, cuando juegue contra Brasil en San Pablo, se cumplirá un nuevo aniversario de un partido del que siguen apareciendo historias.

El equipo de Tite buscará revancha de la final de la Copa América y si es posible, en los cánones de los colombianos, aunque ese escenario es poco probable. Hace veintiocho años, Argentina llegaba a la última fecha con la necesidad de ganar para evitar el repechaje, e incluso pudo quedarse afuera de todo si Paraguay le hubiese ganado a Perú con el que empató 2-2 en Asunción.

La peor goleada que recibió el seleccionado de local forzó la vuelta de Diego Maradona, paralizó al país y marcó a Colombia, al punto que le costó la vida a Andrés Escobar.

La peor goleada que recibió el seleccionado de local forzó la vuelta de Diego Maradona, paralizó al país y marcó a Colombia, al punto que le costó la vida a Andrés Escobar.

Colombia había llegado puntero a Buenos Aires y sabía que con un empate su lugar en el Mundial estaba asegurado. El día previo, Francisco “Pacho” Maturana, el entrenador cafetero, había decidido hacer un entrenamiento relajado, sin abusar de la táctica y que sus futbolistas pudieran distenderse. Sin embargo, parecía que la suerte no iba a estar de su lado, puesto que mientras hacían un picado, Leonel Álvarez cruzó con exceso de vehemencia contra la humanidad del “Tren” Adolfo Valencia, que salió lesionado. Álvarez lloraba y no paraba de pedirle perdón. Encima, al día siguiente Faustino Asprilla amaneció con fiebre. La dupla de ataque titular no llegaba en condiciones óptimas, lo que no los privó a los delanteros de hacer tres de los cinco goles. “Valencia jugó el partido lesionado, de puro varón”, recordó años después Oscar Córdoba.

A la presión natural que había en el estadio Monumental se sumó un factor extra: Diego Armando Maradona. Con el 5-0 consumado, el público argentino detectó su presencia y comenzó a corear su nombre. Automáticamente, la orden de Julio Grondona fue clara: quería que traigan a Diego para el repechaje. Una semana después del partido, fue presentado en Newell´s y comenzó a agarrar ritmo de cara a la serie con Australia.

A la presión natural que había en el estadio Monumental se sumó un factor extra: Diego Armando Maradona.

En 2013, Mauricio Silva Guzmán, periodista colombiano, presentó su libro “5-0” en donde hizo una crónica de todo lo que desencadenó ese resultado que, a la postre, terminó siendo un peso enorme para esa camada de jugadores. "Es un juego que nos dejó mucho. Lo mejor, para la historia, hacerles cinco goles a los argentinos en su casa y pasar de primeros al Mundial del 94. Lo peor, devolvernos en primera ronda del Mundial de EE.UU. 94, humillados y pisoteados, y luego cargar con un muerto en el equipo”, recordó Silva Guzmán hace unos años en una nota con la BBC. Escobar, un defensor central elegante que había sido vendido al Milan, hizo un gol en contra frente a Estados Unidos y a su vuelta al país fue asesinado por Humberto Muñoz, chofer de los hermanos Gallón Henao, vinculados a paramilitares y narcos, que habían discutido con Escobar en una discoteca.

Tras el último gol en el Monumental, en una disputa aérea, Diego Simeone le puso un codazo a Valencia que dejó al delantero con su labio inferior roto y un mar de sangre en la boca. Luis Carlos Perea y Wilson Pérez salieron eyectados contra Ernesto Filippi, el árbitro uruguayo del partido, para reclamar por una tarjeta roja que nunca llegó. Gabriel Gómez, en cambio, capitalizó el momento, se acercó al juez y le hizo un pedido: “No lo vaya a echar, señor juez. No lo vaya a sacar del partido, porque después dicen que les ganamos porque tenían solo diez. No nos vaya a hacer eso". Filippi, en un arranque de honestidad brutal, le devolvió la pared: "No lo echo, pero háganles otro gol a esos hijos de puta".

Tapa de El Gráfico.

Recién en febrero próximo Argentina será local contra el equipo de Reinaldo Rueda, a quien eliminó por penales en las semifinales de la Copa América, el día que Emiliano Martínez y su trash talking pasaron a la inmortalidad. Colombia empató 1-1 con Bolivia, mañana juega con Paraguay y por ahora está entrando al repechaje para Qatar 2022.

No vaya a echar a Simeone, señor juez, que después dicen que les ganamos porque tenían solo diez”, le rogó Gabriel Gómez al árbitro.

Para Brasil, el partido será la posibilidad inmediata de desquite del Scalonazo, pero también les pasa en un momento muy particular, por las restricciones que impuso la Premier League inglesa. Mientras Argentina solo tiene a cuatro jugadores en esa liga –Martínez, Giovani Lo Celso, Cristian Romero y Emiliano Buendía, que viajaron y planean quedarse para todos los juegos–, la canarinha se quedó sin nueve futbolistas, cinco de los cuales son titulares. Contra Chile lograron ganar 1-0, aún sin jugar bien, pero mañana deberá compensarlo, sobre todo porque Neymar todavía no tiene el rodaje necesario. Su salida por Messi el día del debut del rosarino en el PSG fue prueba cabal de ello.

De los últimos diez partidos entre sí, Brasil ganó cinco, Argentina cuatro y hubo un solo empate, un 0-0 en el Monumental por las Eliminatorias para Rusia 2018. Los últimos dos juegos fueron victorias para el seleccionado nacional, que no le gana tres partidos seguidos a Brasil desde 1957. Será la primera vez en muchos años que un superclásico sudamericano encuentra a los brasileros con la presión de ganar y a los argentinos como campeones de algo. Como suele decirse desde la muerte de Maradona, fua el Diego.

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