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Columnistas

El legado de Juan Forn

Por Jonas Schuvaks

Yo recordaré por ustedes (Emecé) es el último libro de Juan Forn (1959-2021). Tristemente, “último” no refiere en este caso al sentido de lo reciente, sino de lo final. Él ya había escrito y curado este texto antes de morir en junio de este año.

Forn fue escritor, periodista y editor. En los ´90  creó el suplemento cultural Radar. Publicó novelas, libros de cuentos y crónicas. Además fue editor de Emecé y de Planeta. Los últimos años vivió en Villa Gesell, desde donde los viernes escribía las contratapas de Página/12.

A pesar de no estar más con nosotros, como escritor, nos dejó un legado. Un libro que al mismo tiempo que surge como novedad, ya se vuelve un clásico. Pasarán los años y ahí seguirá estando, en las librerías y en los ojos de los lectores. Desde hoy, ya es imprescindible para la biblioteca de un hogar argentino.

En principio, el libro es una recopilación de algunas contratapas que salían en el diario. Sin embargo, es más de lo que aparenta. Está organizado geográficamente y nos traslada por continentes y regiones, narrando vidas que se entrelazan. Cada relato es una unidad que deja pensamientos y sensaciones, pero a la vez es un fragmento de un todo mayor. Apenas te adentrás en sus páginas, se te vuelve imposible detenerte. Y así, casi sin darte cuenta, ya estás en un momento histórico impensado, en un país diferente, en la vida de alguien común que podría haber sido olvidado pero no: Juan Forn lo recuerda y hace que se te vuelva excepcional. 

Casi sin darte cuenta, ya estás en un momento histórico impensado, en un país diferente, en la vida de alguien común que podría haber sido olvidado pero no: Juan Forn lo recuerda y hace que se te vuelva excepcional. 

Recopilar vidas es historizar. En este caso el autor, más interesado en las particularidades que en las generalidades, construye una especie de microhistoria del siglo XX, es decir, una subversión de la historia. En este sentido, la estructura y las experiencias que genera el libro son similares a las de leer a Eduardo Galeano o, acaso, por qué no, a las de escuchar en la radio a Alejandro Dolina.

Yo recordaré por ustedes, el título del libro, permite abrir multiplicidad de interpretaciones. Es un nombre vivo. Recuerda, por ejemplo, una de las consignas más argentinas de todas: “ni olvido…”. Hay pocas tareas más vivas para un escritor que poner en palabras lo que considera que no se debe olvidar. Y, a la vez, el título, al nombrarlo, inevitablemente se invierte. Quien dice “yo” lo resignifica consigo mismo, mientras que el “ustedes”, esa segunda persona, se vuelve hacia él. Al leerlo, es como si le dijéramos: “Juan, nosotros te recordaremos”.

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