El ataque al diputado del Frente de Todos Miguel Arias puso en manifiesto lo que sucede en Tapebicuá, una localidad de 1.000 habitantes de Corrientes. Una de las principales incógnitas se centra en la familia que gobierna el municipio desde hace dos décadas.
El actual es el segundo mandato de Yoni Méndez Ribeiro y el quinto consecutivo que logra la familia. Los dos primeros los ejerció el patriarca Danilo y luego le tocó el turno a su hijo mayor, Javier. En 2013 toda la parentela dejó las filas del Peronismo para sumarse a las de ECO-Cambiemos.
En aquella elección, la versión "oficial" expresó que el cambio se debía a "problemas de avales" , sin embargo varios sectores afirmaron que tuvieron que cambiar de colores para no dar cuentas del dinero que le enviaron desde diversos programas nacionales para obras que no se hicieron o se realizaron a medias.
Danilo Méndez Ribeiro fue procesado por “abuso sexual con acceso carnal agravado por la edad de la víctima y por la situación de convivencia preexistente".
El año pasado, y después de 15 años de dilación, el Superior Tribunal de Justicia de la provincia de Corrientes ordenó el juicio oral al exintendente Ramón Danilo Méndez Ribeiro, que estaba procesado desde 2005 cundo ya era intendente hacía un año. La madre de la víctima de 14 años fue quien realizó la denuncia, pero una serie de "inconvenientes administrativos" hizo que la cusa se aplazara por tantos años.
En 2020 el exintendente fue imputado por “abuso sexual con acceso carnal agravado por la edad de la víctima y por la situación de convivencia preexistente".
Pese a la gravedad de la imputación, Ramón Danilo se mantuvo al frente de la Municipalidad hasta 2012, cuando lo sucedió su hijo. El hombre nunca fue detenido y a través de su abogado buscó dilatar todo el proceso para lograr la prescripción de la causa.
En 2013 el Coordinador en Corrientes del Ministerio de Desarrollo Social Carlos Frete y la diputada nacional Araceli Ferreyra, escucharon a varios vecinos que denunciaron las obras que no se hicieron y los materiales que no se emplearon en obras inconclusas, como así también las amenazas que sufrían por parte de los integrantes de la Familia Méndez Ribeiro. En esa oportunidad los vecinos aseguraron que el Municipio no tenía empleados registrados, que era todos "changarines" y se preguntaban "cómo es posible que no haya uno o dos empleados contratados por lo menos”.
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