Por Esteban Cavanna*
"Estoy orgulloso de haber integrado esta banda", declaró el Comandante Pil en el prólogo del libro "Uno, dos, Ultraviolento". Con apenas un puñado de valientes, sin hablar bajito ni usar metáforas, se bancó picana, apremios ilegales, censura y abuso de autoridad. Qué extraña paradoja: en una sociedad que resuelve sus conflictos en las calles, sólo unos pocos atrevidos como Pil tuvieron la valentía de enfrentar a los genocidas en 1980, mucho antes de la plazas de la CGT y Malvinas.
Días atrás, en un posteo que realicé en Instagram por el merecido Premio Gardel, hablé de su heroica trayectoria y de aquella escena under de la cual Los Violadores fueron la cara visible gracias a sus tremendas canciones y al trabajo de Mundy Epifanio. Pero todos los demás fueron casi ignorados por los medios de la época. Los Laxantes, V8, Control, Los Baraja, Alerta Roja, Genniol con Coca (Sissi Hansen), Diana Nylon y varios artistas teatrales integraron -junto a grandes como León Gieco y Mercedes Sosa- la verdadera resistencia a la prepotencia y las normas medievales instaladas por los militares y sus socios civiles, que todavía hoy aplauden jerarquías y privilegios. Pil y todos ellos se jugaron la vida en cada presentación, y esa valentía no estuvo determinada por la cantidad de gente que asistía a sus presentaciones, como nos "informaron" algunos medios que pretendieron legislar la cultura de aquellos años, mostrándonos sólo la cara exitosa de la movida, algo que 40 años después seguimos viendo en documentales como #Rompan Todo (Netflix, 2020).
Pil y todos ellos se jugaron la vida en cada presentación"
La postura inflamada de Los Violadores fue una constante a través de su trayectoria. Esta actitud combativa nunca se perdió, aunque en el cambio de las épocas tuvo mayor o menor presencia, tanto en vivo como en las letras de sus canciones. En esencia, la frontalidad de toda esa generación de artistas considerados punks fue la piedra basal o el zero del movimiento: expresarse como sea. Paradójicamente nadie zafó del escupitajo violador con metáfora de boomerang: ni la prensa, ni los artistas de otras tendencias musicales, ni ellos mismos.
Nadie zafó del escupitajo violador con metáfora de boomerang: ni la prensa, ni los artistas de otras tendencias musicales, ni ellos mismos".
El grupo comenzó su carrera defendiendo la expresión, la palabra, los espacios para tocar, la bronca contenida y el aburrimiento de una generación de artistas condenada al silencio. Se ganaron un lugar en donde no había nada y mucho menos espacio para ellos. Rápidamente supieron que iban a tener problemas con la censura, la policía, los lugares para tocar y más aún, para grabar un disco. Pero estos contratiempos, en lugar de disuadirlos, fueron los motivadores para seguir adelante.
Hacia el Poder Real y su sistema corrupto que sobrevive a todos los gobiernos estuvo enfocada la prosa de Pil desde el primer día. Siempre me conmovió esa actitud y no tengo más que palabras de agradecimiento. Trabajamos, reímos, nos fuimos de gira grabamos discos y armamos muchos proyectos. Y también nos distanciamos hasta que el productor y manager Mariano Asch reconstruyó genialmente ese puente que nos permitió re-encontrarnos y volver a pensar cosas juntos. Apenas unos días atrás, Pil me envió varios audios con el epílogo del nuevo libro de la banda, pronto a salir por Editorial Piloto de Tormenta: “Después de más de 40 años, creo que tuvimos muchos más aciertos que errores”.
Definitivamente, no hubo otro cantante igual".
En 40 años de carrera la banda grabó 9 álbumes de estudio, 3 en vivo y 2 EP. Y aparecieron varias compilaciones en formato CD (una de ellas doble), 1 tributo y 2 box set con varios discos. Pil fue el integrante que más permaneció en la banda, y fue la voz del grupo en todos los discos. De manera solista, grabó otros 8, el último de los cuales (Carne, Tierras y Sangre) obtuvo recientemente el Premio Gardel al Mejor Disco de Música Punk. Definitivamente, no hubo otro cantante igual.
QEPD Comandante Pil.
Hasta la Victoria, siempre.
* Exmanager de la banda y autor de Uno, dos, ultraviolento.
