El actor Matthew McConaughey lanzó Greenlights (Luces verdes), una autobiografía con revelaciones terribles, como el episodio de abuso sexual que sufrió a los 18 años y el clima de violencia que acompañó la relación intensa de sus padres. El libro se mantuvo durante semanas en las listas de best sellers y ya está disponible en español, con el sello de Cúpula.

El texto se basa en los diarios que el ganador del Oscar al Mejor Actor en 2014 mantuvo durante 35 años, y combina anécdotas personales con historias de su carrera en un texto para movilizar a quien lo lea: “Un manual de estrategia basado en las aventuras de mi vida”, según él mismo definió.

El actor argumentó a favor del optimismo en las circunstancias más difíciles: “Es una guía para captar más luces verdes y para darse cuenta de que los amarillos y rojos eventualmente también se vuelven verdes”, escribió.

Sus experiencias más traumáticas

"Tenía 15 años cuando me extorsionaron para que tuviera relaciones sexuales por primera vez. Estaba seguro de que iba a ir al infierno por el sexo premarital. Hoy apenas tengo la certeza de que espero que no sea el caso", reveló, sin más detalles. Tampoco abundó en la descripción del segundo incidente: "Tenía 18 años cuando un hombre abusó de mí mientras yacía inconsciente en la parte de atrás de una camioneta".

Según dijo al promocionar el libro, no le parecía constructivo detenerse en los detalles, que eso hubiera ofrecido a la lectura una experiencia prácticamente de voyeurismo. En cambio, su escritura apuntó a mostrar que, si bien fue victimizado en las dos situaciones, nunca sintió que fuera una víctima, como subrayó, por saber entender que toda luz roja termina por ceder en algún momento al verde.

Los relatos de su libro

El intérprete asegura que esta obra de 280 páginas no tiene "ningún interés en la nostalgia ni en el sentimentalismo", sino que simplemente quiere ofrecer un relato de las "aventuras vitales" que le han dejado huella.

tengo muchas pruebas de que el mundo está conspirando para hacerme feliz", asegura.

Recuerda así pasajes de su lado más rebelde y salvaje, como cuando consumió peyote en México en una jaula con un puma y un veterinario le tuvo que poner 78 puntos en la frente; o cuando en 1999 tocaba los bongos y fumaba marihuana desnudo en la calle hasta que la policía lo detuvo y le puso una multa de 50 dólares; o como cuando su madre llevaba a sus fans a su casa para que vieran la habitación donde había perdido la virginidad.

En el texto, el actor saca conclusiones positivas porque reconoce que siempre se ha salido con la suya, ya que "nunca me he sentido una víctima". De hecho, "tengo muchas pruebas de que el mundo está conspirando para hacerme feliz", asevera.

“Me he ganado unas cuantas cicatrices sobreviviendo en este rodeo que es la humanidad. A veces se me ha dado bien, otras no tan bien, y al final, de todas formas, he encontrado algo de placer en ello”, sintetizó. “No soy perfecto; no: piso mierda todo el rato y lo reconozco cuando lo hago. Pero he aprendido a quitármela de las botas y seguir adelante”, afirmó.