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Sociedad

Nadie elige vivir en la calle: las historias de personas invisibilizadas y de quienes deciden ayudarlas

Por Antonella Punzino

“A esta hora exactamente hay un niño en la calle (...) Un estómago vacío, soy un golpe en la rodilla que se cura con el frío. El mejor guía turístico del arrabal, por tres pesos te paseo por la capital. No necesito visa pa' volar por el redondel, porque yo juego con aviones de papel. Arroz con piedra, fango con vino, y lo que me falta me lo imagino”.

Duele detenerse un momento y escuchar la eterna voz de La Negra Mercedes Sosa acompañada por Calle 13 con los versos del gran poeta Armando Tejada Gómez en “Canción para un niño en la calle”. Su vigencia no entiende de fechas, su crudeza se mantiene en un presente eterno de las personas que tienen como hogar la calle.

Según datos del INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) un 7,8% de hogares en la Argentina está por debajo de la línea de indigencia (LI), que incluyen al 10,5% de las personas. Esto significa que 720.678 hogares se encuentran por debajo de la LI e incluyen a 3.007.177 personas indigentes.

Basta con caminar un par de cuadras de cualquier ciudad para corroborar la presencia de personas en situación de calle e indigencia. Las causales son múltiples, como las historias que llevaron a cada uno en terminar en esa situación. Tan naturalizada está la problemática que no sorprende ver a una madre con hijos en la puerta de un banco pidiendo ayuda, un hombre sentado en alguna esquina esperando una moneda o simplemente, no esperando nada, porque “no los ven”.

Antes de empezar a escribir esta nota, hice una consulta en redes sociales y pregunté: ¿Qué pensás cuando ves a una persona en situación de calle?

“Compasión absoluta. Impotencia, porque por más fundaciones a las que uno ayude, ropa que done, tiempo que regale no alcanza. Debe existir un Estado presente para esta gente que parece ser invisible”. “Siento culpa, no sé bien qué hacer”. “Si están en la calle es porque quieren, a algunos los ves con teléfonos de última generación o tomando vino”, fueron algunas de las respuestas.

El común denominador en la mayoría fue el sentimiento de culpa, como una especie de fantasma que atrapa por la espalda, pero solo un rato. Después, se queda ahí en esa esquina donde apareció. ¿Las personas en situaciones vulnerables se convirtieron en parte del paisaje de la sociedad? ¿Cómo llegaron a ese extremo? ¿Quieren salir? ¿Prefieren la calle? ¿Tienen oportunidades?

Estado presente, Estado ausente

“En invierno se refuerza la operación de asistencialismo en la calle, hay más cantidad de personas. Nuestro objetivo principal es que las personas vengan a los centros de inclusión y que salgan de la situación de calle. Cuando no quieren hacerlo, le ofrecemos una vianda caliente, frazadas, gorro, guantes, medias y abrigo básico para que pasen la noche en las mejores condiciones posibles”, dijo a Diario Con Vos María Migliore, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires.

“Tenemos 32 centros con alrededor de 2.700 camas disponibles para poder recibir a las personas. Una vez que ingresan es mucho más que una cama y un plato caliente, porque empieza un trabajo multidisciplinario con asistentes sociales y psicólogos para poder reconstruir sus historias y entender por qué están en esa situación. También se los ayuda con trámites como la documentación. De una población de 1.500, tramitamos 500 durante la pandemia”, continuó la ministra.

Aproximadamente hay 2.500 personas en situación de calle, de las cuales 1.500 están en los centros de inclusión y alrededor de 1.000 están en situación de calle efectiva" . (María Migliore, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires).

“El último punto de la política social tiene que ver con tener una segunda oportunidad, poder reinsertarse de alguna manera dentro del entramado social. Aproximadamente hay 2.500 personas en situación de calle, de las cuales 1.500 están en los centros de inclusión y alrededor de 1.000 están en situación de calle efectiva”, explicó Migliore.

En esta línea, la funcionaria agregó que “dentro de los 32 centros tenemos varios modelos: uno es para familias, otro para mujeres, otro para hombres. Se trata de abarcar la mayor cantidad de situaciones posibles. Nuestros equipos realizan recorridos caminando y en móviles de la ciudad. También está disponible la línea 108, que es gratuita y atiende las 24 horas para que cualquier vecino o vecina que vea a una persona en situación de calle pueda darnos aviso y así nosotros poder trasladarnos de manera inmediata”, finalizó.

La pregunta que surge es: ¿cómo funciona en la práctica este asistencialismo?

La calle no es un lugar para vivir

“No es que una persona te invisibiliza, todo el mundo lo hace. A nadie le importa tu situación, el otro puede pasar por al lado tuyo, mirarte y despreciarte y en realidad vos estás haciendo todo lo posible para salir adelante y dar lo mejor. Esa misma gente que pasa y te mira mal te tira para abajo y cuesta más, pero después encontrás personas buenas que te dicen: ‘dale, vos podés’ y te ayudan, te hablan. Es difícil estar en la calle y más con una criatura. El que no está en la calle no lo va a entender nunca. La gente piensa y cree muchas cosas: como que te drogás, consumís alcohol, la plata que te dan la gastás en vos y no en tu hijo. Esto no es así, no todo el mundo es igual”, contó Jennifer, de 23 años y mamá de un bebé de un año. Ambos viven en la calle.

No es que una persona te invisibiliza, todo el mundo lo hace. A nadie le importa tu situación, el otro puede pasar por al lado tuyo y mirarte y despreciarte". (Jennifer, 23 años y mamá de un bebé de un año.)

La entrevista y recorrida fue un viernes feriado en el esplendor de la mítica calle Corrientes. Eran cerca de las 21 y las personas se apuraban para entrar a su obra de teatro y disfrutar un buen rato. 

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Sin embargo en un rincón de la vereda, como en una especie de contraste viviente se encontraban familias enteras, con poco abrigo y hambre, hambre de comida y compañía.

“Caí en la calle porque tenía un laburo que no me pagaron y cuando fui al negocio estaba vacío. Hace cuatro años que vivo en la calle. La gente me quiere, me da cosas, me deja higienizarme. Me levanto a las seis de la mañana todos los días para buscar diarios y venderlos. Durante este tiempo, en una revisión médica, me encontraron HIV, tomo los remedios, sigo adelante, el destino es así. Acá en el barrio la gente me aprecia, pero en la calle hay gente buena y gente mala, que le molesta que otros ayuden. Estás muy solo, necesitás hablar con una persona ¿Sabés cuál es mi compañía? La radio”, contó Luis, de 61 años, la misma noche en la que cumplía años.

Estás muy solo, necesitás hablar con una persona. ¿Sabés cuál es mi compañía? La radio”. (Luis, 61 años, hace cuatro que vive en la calle.)

Los cumpleaños de cada amigo se festejan con torta y cotillón.

“Amigos en la calle”: la ayuda y el reencuentro afectivo a través de la palabra

Amigos en la Calle es un “equipo de Amig@s unidos con un propósito en común: ayudar a quienes más lo necesitan llevando comida, ropa y una charla que los haga sentir mejor”, según la definición en su Instagram. La organización brinda asistencialismo a 600 personas en situación de calle y sale a recorrer la ciudad todos los viernes. Diario Con Vos se sumó a uno de sus trayectos nocturnos por el microcentro porteño.

"Aparte de un plato de comida, lo que más necesitan es poder hablar con alguien, contar cómo fue su día, poder conversar, sentir que alguien los escucha y los mira. Nos pasa mucho y es muy fuerte, por eso son nuestros amigos, salimos a encontrarnos", comentaron los voluntarios.

Voluntarios de Amigos en la Calle antes de emprender el recorrido de cada viernes.

Lejos de romantizar la solidaridad, la discusión es mucho más compleja y transversal de lo que parece, la realidad de que hay muchas personas en la calle es cierta, que son invisibilizadas y estigmatizadas por una sociedad que segrega la marginalidad y la señala como una consecuencia de una falta de meritocracia, también. Pero también están esas otras personas que no esperan que alguien más haga eso que puede ayudar y a aportar a un otro.

Silvina Iglesias tiene 45 años y hace cuatro años, con Silvana Cosentino, fundaron Amigos en la Calle. “Hoy somos más de 120 voluntarios, tenemos un grupo de cocina todos los viernes con más de 40 personas. También están los voluntarios de calle y logística”, comentó.

https://www.instagram.com/p/CRsa2lXMxEv/

“En la sede se toman los pedidos de las personas, como por ejemplo la ropa. En la semana llegan las donaciones y los voluntarios preparan los pedidos para llevarlos a cada uno con sus nombres. Es muy distinto traerles una bolsa grande y darles algo aleatorio a darles algo que tiene su nombre con las cosas que ellos pidieron y que se pudieron conseguir. Así sienten: ‘estuvieron pensando en mí, alguien se acordó’, así que siempre que se pueda hacemos lo mejor para nuestros amigos”, expresó la fundadora.

Festejo del cumpleaños de Luis.

“Nos esperan cada viernes, sabemos sus nombres, ellos el nuestro, hasta las fechas de sus cumpleaños y se los festejamos. Para el día del niño o fiestas especiales hay recorridos que son una fiesta y es increíble lo que sucede. A veces te vas con el corazón hecho mil pedazos, pero también con la idea de saber que ‘hice lo que tenía que hacer’”, afirmó Iglesias.

Pensaba: ‘tiene para una botella de vino pudiendo comprarse un sánguche’, y después entendí que el alcohol los hace dormir, les saca el frío, y que el cigarrillo es como una golosina para un chico". (Silvina Iglesias, fundadora de Amigos en la Calle.)

No puedo juzgar lo que le pasa a la gente cuando ve a una persona en situación de calle, porque capaz yo era una de esas que juzgaba. Pensaba: ‘tiene para una botella de vino pudiendo comprarse un sánguche’, y después entendí que el alcohol los hace dormir, les saca el frío, y que el cigarrillo es como una golosina para un chico. Hay muchos que pasan y les tienen miedo, o son invisibles”, explicó la referente. 

"Entre nuestros voluntarios hay un chico que asistíamos en medio de la cuarentena. Un día llegó un mensaje diciendo: ‘Hola, soy el chico que asistían en Alem. Logré salir de la calle y quiero sumarme como voluntario. Eso fue de lo más hermoso que nos pasó y hoy es voluntario. Se puede salir de la calle", recordó emocionada Silvina.

Hay muchos grupos que, al igual que Amigos en la Calle, recorren la ciudad para dar atención, un plato de comida y facilitar el acceso a trámites y beneficios a quienes están despojados de todo. Junto a la urgencia, estas organizaciones tratan de aportar desde sus espacios independientes, posibles o momentáneas soluciones para una problemática que se agudizó en la pandemia. 

Silvina Iglesias y una voluntaria en pleno recorrido.

En este contexto, una de las propuestas que viene ganando más apoyo es un proyecto de Ley Integral para Personas en Situación de Calle, presentado por el diputado Federico Fagioli (Frente de Todos). Propone, entre otras cosas, la creación de un registro anual para medir cuántas personas en situación de calle hay a nivel nacional, un Sistema Nacional de Atención Telefónica articulado con un Sistema Nacional de Atención Móvil, y una red de Centros de Integración Social. 

Con este paquete de acciones se busca poner en funcionamiento “políticas públicas específicas que se enfoquen desde una mirada integral de la problemática”, como sostiene el proyecto en sus fundamentos.

Si bien los refugios parecen ser una respuesta a la necesidad habitacional, en la realidad presentan fallas: “No sirven de mucho, prefiero estar en la calle porque te roban todo”, dijo Jennifer. Por su parte, la referente de la fundación expresó: “Nosotros llamamos a los paradores para que los vengan a buscar, a veces no vienen y otras son los amigos los que no quieren porque no la pasan bien. No sé qué tipo de controles hay porque se roban entre ellos. No es porque prefieran vivir en la calle, nadie prefiere eso”. 

“No importa quién deba hacerlo, ya está. Lo hacemos, sentimos ganas, nos sale del corazón y después está en cada uno, ya sea el Estado o quien sea que deba hacerse cargo. No se pierdan esta oportunidad de ayudar e irte sabiendo que diste algo bueno”, finalizó Silvina.

https://www.instagram.com/p/CSCF6AUtECH/

Cómo ayudar

Se puede colaborar a través de las redes de Amigos en la Calle (Instagram y Facebook). Además, está disponible un link con una plataforma donde se puede elegir qué producto se quiere donar a través de Mercado Libre o Mercado Pago. Se aceptan alimentos, ropa, calzado, artículos de higiene personal y demás.

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