Disney acusó a Scarlett Johansson de mostrar “una indiferencia cruel por los horribles y prolongados efectos globales de la pandemia de Covid-19”.

La actriz, protagonista de Black Widow, había demandado a la empresa del ratón Mickey por haber tomado la decisión "unilateral" de estrenar el filme al mismo tiempo en cines y en la plataforma de streaming de la compañía, Disney+. Esto, alegó Johansson, le hizo perder elevados ingresos y “a expensas suyas” terminó beneficiando económicamente a los más altos ejecutivos de la compañía.

“No hay ningún mérito en esta presentación”, replicó Disney, que dijo haber cumplido con todos los términos del contrato que firmó con Johansson para hacer la película, en la que regresa al personaje de los Avengers que viene encarnando para Marvel desde hace una década.

Disney reveló además que Johansson ya cobró 20 millones de dólares por la película. Y agregó que “el lanzamiento de Black Widow en Disney+ ha mejorado significativamente su capacidad para obtener una compensación adicional”.

Los abogados de Johansson habían señalado que el salario de la actriz dependía en su mayor parte de los ingresos de la película a través de la taquilla de los cines y que ese compromiso había sido establecido entre ella y los estudios Marvel.

El caso Black Widow: ¿un precedente?

La demanda de la actriz habría sentado un precedente en la historia hollywoodense. Matt Belloni, antiguo editor de The Hollywood Reporter, afirmó que Emma Stone está considerando emprender acciones legales contra Disney por el estreno de Cruella, que también se dio de forma simultánea en cines y en la plataforma.

Asimismo, Belloni especuló que la misma situación podría encabezarla Emily Blunt, ya que la película Jungle Cruise -el último estreno de Disney, protagonizado por la actriz y Dwayne Johnson- se estrenó en la misma modalidad que Black Widow y Cruella.