El presidente de Túnez, Kais Saied, decidió congelar las funciones del Parlamento y relevar de su cargo al primer ministro, Hichem Mechichi, asumiendo él la Jefatura del Gobierno de manera provisional.
Saied tomó esta decisión tras una reunión de emergencia con altos funcionarios militares y de seguridad. Desde la oposición lo acusan de dar un golpe de Estado, al haber asumido todos los poderes mediante una supuesta mala interpretación del artículo 80 de la Constitución.
"He decidido asumir el poder ejecutivo con la ayuda de un jefe de Gobierno a quien nombraré yo mismo (...) Según la Constitución, tomé decisiones que la situación requiere para salvar Túnez, el Estado y el pueblo tunecino". Con estas palabras se dirigió Saied a sus ciudadano el pasado domingo tras toda una jornada de protestas.
Saied asumirá la presidencia de la Fiscalía para procesar a los diputados con casos pendientes, a los que ha quitado la inmunidad parlamentaria. Además, ha anunciado que se tomarán otras medidas y que se anunciarán de acuerdo con las disposiciones de la Constitución.
Las reacciones de la población
Los ciudadanos tunecinos protestaron en las calles durante todo el día de ayer pidiendo el cese del Gobierno y la disolución del Parlamento por la delicada situación económica y sanitaria que atraviesa el país. Muchas de estas protestas centraron su ira contra el partido islamista Ennahda, grupo del recién cesado primer ministro y que tiene mayor representación parlamentaria.
Tras el anuncio de Saied, muchos partidarios salieron a la calle para apoyar al presidente tunecino. Sin embargo, no tardaron en darse enfrentamiento entre seguidores del partido islamista Ennahda y del propio Saied en las inmediaciones del Parlamento.
Los manifestantes han sido separados por las fuerzas de seguridad presentes en la zona, que horas antes impidieron la entrada al edificio al presidente del Parlamento y líder de Ennahda, Rachid Ghanuchi. El propio Ghanuchi había reclamado a los seguidores del partido islamista que se manifestaran para "recuperar la democracia y la revolución".
¿Un golpe de Estado?
En un discurso en la vía pública ante los medios de comunicación, Saied ha aseverado que no quiere se que produzca un derramamiento de sangre. "Quien dirija un arma distinta a la legítima se encontrará con un arma, pero no quiero que se derrame ni una sola gota de sangre (...) Lo que pasó no fue un golpe", expresó.
Aunque la Constitución de Túnez no permite la disolución del Parlamento, sí avala la suspensión de sus funciones durante un periodo de 30 días, algo a lo que se ha acogido el presidente. Saied también asumirá la Jefatura del Gobierno de manera provisional.
La justicia adoptó medidas cautelares de prohibición de abandonar el territorio nacional contra el presidente del Parlamento y líder del partido islamista Ennahda, Rached Ghannouchi, así como sus 64 diputados.
Además, Saied ha destituido también a los ministros de Defensa y Justicia, Ibrahim Bartaji y Hasna Ben Slimane, respectivamente, así como al de Interior, Hisham Mishi.
Como respuesta a estas decisiones, Ghannouchi -líder del partido islamista- expresó: "Es un golpe contra la legitimidad, la Constitución, la Asamblea de Representantes del Pueblo, el Gobierno y las instituciones comunitarias". Es una decisión que se ha tomado "sin ninguna consulta", "un esfuerzo por monopolizar el poder", expresó.
Las reacciones en el mundo
La Unión Europea ha pedido este lunes que los actores políticos en Túnez respeten la Constitución y el Estado de Derecho. "Estamos siguiendo de cerca la evolución de los acontecimientos en Túnez. Pedimos a todos los actores que respeten la Constitución, sus instituciones y el Estado de Derecho", señaló la portavoz de Exteriores de la UE Nabila Massrali.
Por otro lado, el Gobierno islamista conservador de Turquía calificó este lunes de "ilegítima" y de "golpe" la decisión del presidente de Túnez, Kais Said, de cesar al primer ministro y suspender el Parlamento. "Lo que está sucediendo en Túnez es preocupante. Prohibir al Parlamento y a los diputados cumplir con sus funciones es un golpe contra el orden constitucional", declaró en un tuit el presidente del Parlamento turco, Mustafa Sentop.