El filósofo Darío Sztajnszrajber reflexionó sobre el efecto que tiene el día domingo sobre el ánimo y la psicología de las personas y sobre él en particular. "El domingo me reconcilia con algo que busco, que es la angustia existencial. Sólo en domingo puedo desenajenarme del trajín de la semana y conectarme con algo que no puede sino ser abismante" dijo.

En conversación con Patricio Barton en Radio Con Vos, el filósofo de extraño apellido aseguró que "la gran eficacia de la sociedad de consumo en que vivimos es que actúa como un gran ansiolítico, como un gran Caladryl que está todo el tiempo taponándote esa conciencia. El domingo como frenás, sos más auténtico. Y eso no puede sino conectarte a zonas más abismales. No es casual que el domingo se vaya a los cementerios, que sea el día de la resurreción de Jesús. Hay ahí un cierto final. Es un día más sensible, que nos conectamos con nuestra propia muerte como posibilidad y podemos asumir nuestra precariedad existencial".

Sztajnszrajber cree que durante la semana estamos mucho más colonizados por un ritmo y un sentido común de la urgencia, que impone temas y formatos de discusión. "Lo único que nos queda es deconstruir ese sentido común. Lo que se terminó es la idea de que hay un lugar absolutamente otro afuera de este, que es posible construir una sociedad completamente distinta de esta. Es muy difícil salir de las relaciones de poder que plantea esta sociedad. Más bien nos queda reordenarlas para que el goce y el disfrute le llegue a más gente", dijo.

Es muy difícil salir de las relaciones de poder que plantea esta sociedad. Más bien nos queda reordenarlas para que el goce y el disfrute le llegue a más gente"

En este sentido, el filósofo pone un particular énfasis en los formatos, mensajes y tonalidades que entrega la televisión a la sociedad. "A lo que apuestan es a un tema de formato. La construcción de una manera de pensar binaria, panelizada, con un indignacionismo generalizado en el que llueve y parece que empezó la tercera guerra mundial", dijo.

Por eso, aseguró, es que le gusta desconectarse de todo esto el domingo y asomarse hacia  la conciencia de la muerte. "Tengo un único miedo que es el miedo a la muerte y que es el que atraviesa todo mi trabajo. Cuando me quedo solo puedo conectarme con eso. Lo busco. El ser humano es un animal que no hace otra cosa que esquivar la conciencia de la muerte. Cuando uno conecta con que somos finitos, puede plantearse cosas nuevas".