La revista The Economist realizó su actualización anual del "índice Big Mac", como hace todos los junios desde 1986. El clásico de McDonalds tiene una particularidad: usa los mismos ingredientes, en la misma cantidad, en casi todo el mundo. Esta uniformidad permite medir la evolución comparada de las distintas monedas del mundo de forma sencilla. Además, es una forma de calcular las transformaciones que atraviesa el poder adquisitivo de las personas de cada país.

El caso de Argentina es, sencillamente, triste. En el 2016, el Big Mac costaba apenas 50 pesos. Esto equivalía a 3,35 dólares de ese momento. En el 2019, al final del gobierno de Mauricio Macri, el precio era de 120 pesos, el equivalente de 2,87 dólares. Ahora, la clásica hamburguesa con dos patys, lechuga, queso, cebolla, pepinillos y salsa especial está a 380 pesos. Al valor oficial, esto significa que una Big Mac en la Argentina cuesta 3,74 dólares. En los Estados Unidos, en cambio, cuesta 5,65 dólares.

El vertiginoso aumento del precio en pesos, mientras su equivalencia en dólares se mantuvo prácticamente igual, muestra el ritmo de la devaluación en nuestro país. The Economist publicó, además, otro dato que habla sobre la situación económica y social de la Argentina. La revista detalló la evolución del PBI per cápita argentino. Mientras hace en el 2016 ese número era de 13.589 dólares, en el 2019 había aumentado a 14.588. Durante la pandemia, este se desplomó: hoy es de 8.855 dólares.

El índice anual de The Economist presenta también los casos extremos: el Big Mac más caro del mundo se puede comprar en Venezuela, donde es imposible de conseguir. Le siguen Suiza, Noruega y Suecia. En cambio, el Big Mac más barato se puede conseguir en el Líbano, donde cuesta 1,68 dólares.