Nuestro país aprobó el matrimonio entre las personas del mismo sexo el 15 de julio de 2010. Mañana se celebra el aniversario de este hecho histórico, que convirtió a nuestro país en el primero de Latinoamérica en dar ese paso hacia la igualdad jurídica.
Desde ese momento, se realizaron más de 20.000 matrimonios entre personas del mismo sexo en la Argentina. Curiosamente, 400 de estos involucraron a extranjeros. El llamativo número, en realidad, no es inocente. Según le explicó Bruno Bimbi a Diario Con Vos, era uno de los objetivos de los activistas que organizaron esa lucha. "Jugamos callados" declaró Bimbi. Explicó: "Nosotros sabíamos que, si la ley salía, iba a poder venir gente a casarse a la Argentina. Lo asegura el artículo 20 de la constitución nacional".
Ese segmento de la constitución detalla los derechos de los extranjeros en la Argentina. Además de la libre circulación, el derecho a ejercer su profesión y a profesar su culto, la carta magna nacional le asegura a los extranjeros la posibilidad de contraer matrimonio. "No queríamos -dijo Bimbi- que eso entrara en el debate". La idea era impedir que aquellos que se oponían a la ley negociasen algún artículo para impedir el matrimonio de parejas extranjeras. "Fue un favor para los activistas del resto del mundo. Venían a casarse a la Argentina, y el tema explotaba en su país".
Otro dato curioso con respecto al matrimonio igualitario tiene que ver con los divorcios. Según reporta Grupo La Provincia, apenas 1 de cada 67 casamientos entre personas del mismo sexo terminaron en divorcios. María Rachid, titular del Instituto contra la Discriminación de la Defensoría del Pueblo, explicó al respecto: "Para llegar a constituirnos como familias, tenemos que romper con un montón de mandatos y esto implica una mayor reflexión".
Bimbi, por su parte, da otras explicaciones: "Hace poco que hay matrimonio igualitario. Las primeras parejas se casaron en el 2009 por fallo judicial y en el 2010 después de la ley, muchos todavía no tuvieron tiempo de pelearse" declaró entre risas. "Además -agregó- había parejas que llevaban mucho tiempo juntas y eran matrimonios felices y estables. Se casaron ahora que pueden, pero la relación ya era vieja". El periodista concluyó: "En un par de generaciones, cuando deje de ser novedad, no creo que haya tantas diferencias. O sí, y si las hay habrá que investigar por qué".