Donald Trump, el expresidente de los Estados Unidos, presentó una denuncia en la justicia de Florida, Estados Unidos, contra los CEOs de Facebook, Twitter y Google (Mark Zuckerberg, Jack Dorsey, y Sundar Pichai, respectivamente).
Trump explicó que la demanda busca recuperar el uso de sus redes sociales y buscar "daños punitivos" sobre los acusados. Tras el ataque al capitolio del 6 de enero, todas las redes sociales bloquearon sus cuentas. Desde su club de golf de Bedminster, en Nueva Jersey, el expresidente anunció: "Hoy, junto con el America First Policy Institute, estoy presentando una demanda colectiva contra los gigantes tecnológicos, incluidos Facebook, Google, y Twitter". El dirigente del Partido Republicano explicó que esa denuncia se extendía a sus CEOs.
Además, los acusó de implementar "una censura ilegal e inconstitucional". El expresidente agregó: "Estamos pidiendo a la Corte Federal del Distrito Sur de Florida que ordene el fin inmediato de la censura ilegal y vergonzosa por parte de grupos de redes sociales dirigida a estadounidenses. Exigimos el fin del silencio forzado".
Si me lo pueden hacer a mí se lo pueden hacer a cualquiera".
La organización junto a la que Trump presentó sus denuncias, el America First Policy Institute, es una ONG que defiende las políticas impulsadas durante la última presidencia de los Estados Unidos. Linda McMahon, su presidenta, y Brooke Rollins, su CEO, acompañaron a Trump en el acto donde anunciaron la demanda colectiva.
La estrategia legal de Trump es argumentar que la censura no lo afecta solo a él, sino a una gran cantidad de individuos. "Si me lo pueden hacer a mí -argumentó- se lo pueden hacer a cualquiera". A partir del ataque al capitolio, todas las redes sociales suspendieron sus cuentas.
Este fue un golpe especialmente duro para un político como Trump. Este dirigente siempre eligió a las redes como la forma de comunicarse directamente con sus bases. En junio, Facebook decidió extender 2 años la suspensión de sus cuentas. Llegado ese momento, la empresa revisará la decisión. En Twitter, antes de ser suspendido, Trump acumulaba casi 89 millones de seguidores.