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Columnistas

29 de junio de 1986: la mejor nota de mi vida

José "Chiche" Almonzy y Oscar Ruggeri

Por José "Chiche" Almozny

El viernes 27 de junio de 1986, el gerente de noticias de Canal 7 me dijo que me iba a México a cubrir la final del Mundial, que era el domingo. Por supuesto, fue un gran sorpresa. No estaba ni acreditado para cubrirlo. Trabajaba en el noticiero del canal desde hacía varios años.

Viajamos a México el sábado, un día antes de la final. Llegamos a las 9 de la noche al hotel donde estaba la delegación argentina, pero no vimos a ningún jugador. El domingo, el día de la final, nos acreditamos y fuimos al estadio para hacer la previa.

Estábamos en el Estadio Azteca. Había 120 mil personas: el 90 por ciento quería que ganara Alemania. Nos ubicamos en la platea de prensa. Cuando dieron la vuelta olímpica, los jugadores se detuvieron frente a una bandera en la tribuna que decía "Perdón Bilardo, muchas gracias".

Cuando fui a hacer algunas notas en el vestuario de Argentina, una de las personas de la delegación me dijo que la Selección se iba esa misma noche rumbo a Buenos Aires. Con mi equipo, conformado por Corrales y Hugo Fazio, fuimos al aeropuerto con los tres pasajes de vuelta que teníamos para el lunes. Cuando llegó Julio Grondona (presidente de la AFA), le pregunté si podía ir con el plantel en el avión: se negó rotundamente. 

Le pregunté a Grondona si podíamos ir con el plantel en el avión: se negó rotundamente. Hablé con el dueño de la agencia de viajes oficial de la AFA: me dijo que era imposible.

El avión era solamente para los jugadores y para algunos periodistas, como el relator José María Muñoz y Enrique Macaya Márquez, pero ninguno fue con cámara. Ellos fueron solamente como pasajeros. Entonces  hablé con el dueño de Rotamund, la agencia de viajes oficial de la AFA, que armaba todos sus viajes: me dijo que era imposible.

Almozny en el palco de prensa del estadio Azteca.

También estaba Facundo Suárez, el embajador de Argentina en México, que los fue a despedir. Le dije que me había comprometido con el canal a subir al avión donde estaban los jugadores. Le pregunté si tenía tres pasajes. Me dijo que, lamentablemente, era imposible. Pero media hora antes de que embarque el avión, apareció con los tres tickets. Estaba ante la mejor nota de mi vida. 

Subimos al avión con la única cámara a bordo. Nos encontramos con toda la delegación. Además de Grondona estaba Conrado Storani, el representante argentino en ese mundial. Desde el gobierno querían echar a Carlos Bilardo porque no tuvo un gran comienzo. Frente a esto, los jugadores cantaban: "Que vamos a salir campeón, se lo dedicamos a todos la rep... que lo re parió".

Mientras tanto, yo hacía notas con Jorge Valdano, Bilardo y hasta con Diego Maradona. El Diego no era consciente de lo que había pasado. Hasta yo tardé en darme cuenta de lo que había logrado.

Hoy es impensado hacer algo así. Supongamos que Argentina ganaba el último mundial: hubiera sido imposible subir a ese avión con la cámara encendida y hacerle notas a Messi, Agüero o Di María porque ya no hablan mano a mano. Los tiempos cambiaron mucho.

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