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Mundo

Derek Chauvin, el policía que mató a George Floyd, fue condenado a 22 años de prisión

El expolicía Derek Chauvin, fue condenado a 22 años y medio de cárcel por la muerte del afroamericano George Floyd el año pasado en Minneapolis. Chauvin, de 45 años, fue hallado culpable de los tres cargos de homicidio que le imputaron tras matar a Floyd en un arresto brutal, que fue grabado por los transeúntes y que provocó una movilización mundial contra el racismo y la brutalidad policial con el hashtag #BlackLivesMatter. 

“No dicto la sentencia basándome en la opinión pública ni intento enviar ningún mensaje con ella”, advirtió el juez, Peter Cahill, consciente del impacto social de este proceso. Cahill, que consideró como agravante el abuso de poder, dictó el veredicto en una vista cargada de emotividad, como lo fue todo el juicio.

En el juicio se proyectó un video con Gianna, la hija de siete años de Floyd, diciendo que extrañaba a su padre y también apareció la madre del expolicía condenado. Carolyn Pawlenty defendió que su hijo es “un buen hombre” y advirtió al jurado de que la sentencia sobre él es una sentencia sobre ella.

Por su parte, Chauvin se rehusó a realizar una declaración formal, alegando procesos pendientes (una apelación y otro pleito federal por violación de los derechos civiles de Floyd), pero dio el pésame a los parientes del afroamericano y, sin dar detalles, avanzó que habrá “alguna información” en el futuro que, confiaban, les daría algo de “paz mental”.

El expolicía se enfrentaba a hasta 40 años de prisión. La fiscalía había pedido 30 años, alegando que el agente había actuado con especial crueldad desde una posición de autoridad y con el agravante de que había menores de edad presentes.

La defensa reclamó, sin éxito, un nuevo juicio argumentando que el jurado no actuó de forma libre e imparcial, sino que se sintió presionado y amenazado por la opinión pública.

Todo el país, y medio mundo, había puesto los ojos en este proceso, que puede convertirse en un punto de inflexión en la lucha contra los abusos de las fuerzas de seguridad. A raíz del caso, el Congreso debate una ley de reforma policial que lleva el nombre de Floyd.