Según documentos difundidos por el periódico inglés The Guardian, el Palacio de Buckingham prohibió a los "inmigrantes de color o extranjeros" ocupar puestos de oficina en sus instalaciones. La medida habría estado vigente hasta finales de los años 60.

Se explícito que la designación de "inmigrantes de color y extranjeros" a puestos administrativos no debía ser una práctica regular.

A partir de documentos obtenidos en los Archivos Nacionales, haciendo referencia a una carta fechada en el año 1968 y firmada por quien fuera gerente financiero de Isabel II, Anthony Tryon, se hace explícito que la designación de "inmigrantes de color y extranjeros" a puestos administrativos no debía ser una práctica regular.

El hallazgo de The Guardian tiene lugar en un contexto particularmente sensible a partir de la investigación sobre el uso del "consentimiento real", un formalismo que permitió a la Reina, así como al príncipe Carlos, examinar más de 1000 leyes para determinar si podrían “afectar a los intereses de la familia real”.

En esta línea, James Callaghan, primero ministro del Interior y luego primer ministro británico, asumió que no se debía iniciar el trámite parlamentario de las nuevas medidas legislativas hasta que los asesores de la familia real estuvieran convencidos de que no serían contraproducentes a la figura de Isabel II.

Hasta el momento el palacio de Buckingham no confirmó una postura oficial para la época en cuestión.

Cabe destacar que la noticia se da a conocer luego de que los duques de Sussex, el príncipe Enrique y Meghan Markle, denunciaran en el marco de una entrevista que un miembro de la familia real había expresado su preocupación por el color de la piel del bebé que esperaba entonces la actriz norteamericana. 

Al respecto, la pareja señaló en aquel entonces que el racismo fue un factor fundamental en la decisión de renunciar a sus tareas oficiales y mudarse a los Estados Unidos.