Hay 500 camiones parados en La Quiaca, Jujuy, que no pueden cruzar el puente internacional Horacio Guzmán para llegar a Bolivia. Desde hace diez días, una medida de fuerza de los pobladores de la ciudad fronteriza boliviana Villazón frenó a los camiones.

La medida de fuerza la está llevando a cabo el Comité Cívico de Villazón. Esta organización le demanda al gobierno boliviano una mayor asistencia para enfrentar al Covid. Es por "tiempo indefinido", e impide el paso de los vehículos provenientes de Argentina al país vecino.

Los camiones están llenos de una diversidad de productos. Alimentos, combustibles, remedios, incluso oxígeno. Además de la incomodidad de los camioneros, la situación está poniendo a estos trabajadores en una situación especialmente peligrosa. "Estamos sentados sobre una bomba de tiempo" dijo Sergio Lucero, uno de los voceros de los transportistas, a Télam. "Hay más de cien vehículos de carga de combustibles juntos, con el peligro que representa un combustible volátil".

Por el momento, los camioneros cocinan lo que logran juntar, y están compartiendo "un solo baño químico que no se desagota y una sola ducha". Según cuentan los trabajadores varados, el intendente Blas Gallardo "se llenó la boca de que iba a traer ayuda y nunca trajo nada".

Fernando Vitian, un camionera oriundo de Salta, lamentó su situación: "Nos sentimos abandonados por todas las partes, por el gremio y el gobierno".