Un grupo de hackers rusos conocido como DarkSide hackearon el gasoducto más importante de los Estados Unidos. Esto impidió la distribución de gas y nafta en buena parte de la costa este del país norteamericano.
La situación llegó al punto de que el gobierno de Biden tuviese que declara una emergencia nacional al respecto. Esto tuvo el objetivo de facilitar medidas que aumenten el suministro de combustible a las zonas afectadas. La empresa responsable de operar el gasoducto en cuestión es "Colonial Pipeline". Esta tuvo que desembolsar nada menos que cinco millones de dólares a los hackers para recuperar el control de la infraestructura.
Por culpa de esta situación, se vieron algunas imágenes inverosímiles. Ciudadanos de los Estados Unidos juntando nafta en bolsas, estaciones de servicio vacías, y hasta algunas explosiones causadas por el manejo irresponsable de la gasolina.
Ahora, el conflicto parece haberse solucionado. Una vez que la empresa pagó a los hackers lo que estos pedían, recuperó el control y el suministro se está reactivando, aunque lentamente. Pese a esto, los precios de la nafta y el gas permanecen muy altos en las zonas afectadas, y todavía hay desabastecimiento de combustible.
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