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Columnistas

Mansa Musa, el emperador africano que inspiró a Marvel

Por Sergio Galiana

La relación entre los personajes de comics y el mundo en el que circulan esas historias es mucho más cercana de lo que solemos creer. La aparición de superhéroes que no responden al canon ‘occidental-blanco’ no es una novedad, aunque su visibilidad creció al calor de la globalización y la búsqueda de nuevos mercados por parte de las empresas de entretenimientos. Incluso, en ocasiones esos personajes tienen reminiscencias de personajes históricos poco conocidos por el público. El caso de Pantera Negra, de Marvel, es un buen ejemplo que nos permite pensar en esos vínculos -por cierto sinuosos- entre la historia, el mercado y los conflictos que emergen en un contexto determinado.

Pantera Negra es el primer superhéroe de origen africano de Marvel, y su presentación fue en julio 1966, en pleno auge del movimiento por los derechos civiles en los EE.UU. y pocos meses antes de la fundación del partido homónimo por sectores afroamericanos radicalizados. Pese al carácter ficcional de las historias que protagoniza, el mundo real hace irrupciones ocasionales, como en el capítulo en el que viaja al sur de los Estados Unidos para pelear contra la organización supremacista blanca Ku Klux Klan o se enfrenta a miembros del régimen del apartheid.

Pantera Negra, cuyo nombre verdadero es T’Challa, es el rey de Wakanda -una poderosa nación ubicada en algún lugar de África- y sus poderes provienen de una combinación de rituales ancestrales, entrenamiento físico y una avanzada tecnología, utilizados para proteger un extraño recurso natural caído del cielo, llamado vibranium. La riqueza de su reino es proverbial, lo que despierta la codicia de propios y ajenos.

Si bien sus creadores -Stan Lee y Jack Kirby- nunca lo reconocieron explícitamente, existe una figura histórica que recuerda a muchas de las características de este personaje: el Mansa Musa I, soberano de Mali entre los años 1307 y 1332.

El Imperio de Mali fue un poderoso estado del África occidental que floreció entre los siglos XIII y XVI. Ubicado en la cuenca media del río Níger -el más importante de la región-, el estado basaba su riqueza en la producción agrícola, el control del comercio de caravanas a través del Sahara y la explotación de yacimientos de sal, cobre y -sobre todo- oro.

Como en muchos estados africanos de la época, el soberano era elegido por un grupo de notables entre los miembros del clan fundador del imperio. Musa fue erigido Mansa - soberano- en 1312, luego de la misteriosa desaparición de su predecesor en un viaje a través del Atlántico.

Musulmán devoto, el Mansa Musa preparó cuidadosamente su peregrinación a La Meca, ubicada a unos 6.000 kilómetros de Niani, la capital donde residía. Realizado entre 1324 y 1326, este viaje lo volvió una figura legendaria en el mundo islámico y el Mediterráneo.

Según los registros árabes de la época, la caravana estaba compuesta por más de 60.000 porteadores, 12.000 mujeres, 500 criados vestidos con adornos de oro y unos 80 camellos cargados con bolsas con polvo de oro. Si bien estas cifras pueden ser exageradas, lo cierto es que los gastos y donaciones que hizo a lo largo de su viaje, especialmente en El Cairo, Medina y La Meca, hicieron bajar la cotización del oro en todo el Mediterráneo oriental.

Esta magnificencia del Mansa Musa alentó la construcción de una imagen mítica del soberano y de su reino, considerado como una suerte de Eldorado en el corazón del África occidental. Rápidamente su fama se extendió hacia Europa occidental, estimulando la imaginación de comerciantes y navegantes genoveses, catalanes y portugueses. De hecho, cuando estos últimos se lanzaron a la exploración de las costas africanas a lo largo del siglo XV, uno de los objetivos era encontrar las fuentes del oro de la región. Pero los yacimientos  fueron celosamente custodiados por los africanos, tal como lo hace Pantera Negra con el vibranium en el comic de Marvel.

Además de la extraordinaria riqueza y el celo puesto en el control de su origen, el personaje histórico y el de ficción comparten la pasión por las ciencias y el conocimiento: de regreso a Mali, el Mansa Musa contrató a arquitectos, científicos e intelectuales provenientes del mundo árabe para desarrollar los centros de estudios en las ciudades de Niani, Gao y Tombuctú. Esta última se convirtió en un centro de gran influencia cultural en el mundo islámico, con una universidad que actualmente sigue funcionando y cuya biblioteca tiene más de 700.000
manuscritos.

En los últimos años la reaparición de Pantera Negra -ahora como protagonista del universo cinematográfico de Marvel- en un contexto signado por el movimiento Black Lives Matter, nos invita a revisar figuras prominentes de la historia africana y su influencia sobre las representaciones que ayudaron a construir sobre esa parte del globo.

 

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