Uno más de los tristes datos que deja la pandemia es el aumento de la desigualdad que esta generó. Esto tiene varias causas. Por un lado, las medidas de seguridad tomadas para intentar enfrentar al virus y ralentizar los contagios afectaron más a los trabajadores más pobres. Al mismo tiempo, los ingresos de los sectores más ricos de la población mundial se mantuvieron estables, sino crecieron.
La obscenidad de los ingresos del 1% más rico del mundo es fácil de ver, las mismas empresas la anuncian. El New York Times levantó estas cifras en un artículo publicado el sábado.
Según la nota Boeing, la empresa aeronáutica, perdió doce mil millones de dólares el año pasado. Despidió a 30.000 personas, y le pagó 21,1 millones de dólares a su CEO, David Calhoun. La Norwegian Cruise Line, una compañía de cruceros turísticos, perdió 4 mil millones de dólares y echó al 20% de su personal. Por suerte para él, su CEO Frank Del Rio recibió 36,4 millones de dólares.
La cadena de hoteles Hilton, que sufrió junto a las dos anteriores la crisis sin precedentes que enfrentó la industria del turismo, despidió a un cuarto de sus trabajadores corporativos. Sin embargo, su máximo ejecutivo Chris Nasseta cobró 55,9 millones de dólares.
Aún así, estos no son los CEOs mejor pagos del año pasado. El que más dinero cobró en el 2020 fue Chad Richison, quien cobró 211,13 millones de dólares. Él trabaja para la compañía Paycom, que se encarga de ofrecer tecnología de gestión de recursos humanos online. Luego viene Amir Dan Rubin, el CEO de 1 Life Healthcare. Esta empresa gestiona una serie de clínicas en los Estados Unidos, y por su trabajo en tiempos de pandemia el CEO recibió 199,05 millones de dólares. El tercero de la lista es el CEO de T-Mobile, John Legere. Esta empresa de telecomunicaciones europea le pagó a su máximo ejecutivo 137,2 millones de dólares.
En este contexto, resuenan con fuerza ciertas medidas e ideas planteadas desde el nuevo gobierno de los Estados Unidos. Janet Yellen, la secretaria del Tesoro de Joe Biden, planteó un impuesto mínimo global a las corporaciones y Joe Biden busca duplicar el impuesto a las ganancias del capital en los Estados Unidos.