La criptomoneda más popular, el Bitcoin, ya consume más energía eléctrica que Países Bajos. Los datos se desprenden del Índice de Consumo Eléctrico del Bitcoin de Cambridge (CBECI), elaborado por investigadores de la Universidad de Cambridge, y preocupan a nivel mundial.
Actualmente, la red que mantiene al Bitcoin online se ubica en el puesto nº 31 a nivel mundial en consumo de energía, con 118,18 TWh (teravatios-hora). El top 3 de este ranking está liderado por China, con 6453 TWh, y los Estados Unidos con 3989 TWh.
En marzo de este año, el proceso de "criptominería" había incluso llegado a superar los niveles anuales de Argentina, pero con el paso de los días cayó algunos puestos. Según las proyecciones, la energía total utilizada podría alcanzar los 128 TWh este año. Esto supone el 0,6% de la producción de electricidad a nivel internacional.
En 2019, un estudio ya estimaba que el Bitcoin genera aproximadamente 22 megatones de dióxido de carbono por año, la misma cantidad que Las Vegas, Kansas City, Caracas o Lima.
El impacto ambiental del Bitcoin
A pesar de ser una moneda digital, el proceso para extraerla implica el uso de computadoras en grandes centros de información, lo cual afecta directamente al ambiente.
La producción de estas monedas digitales y el sostenimiento de la red provoca un nivel de emisiones de carbono que podría agravar el calentamiento global. En 2019, un estudio de la revista científica Joule ya estimaba que el Bitcoin genera aproximadamente 22 megatones de dióxido de carbono por año. Es decir, la misma cantidad que ciudades como Las Vegas, Kansas City, Caracas o Lima.
Tanto la producción como el sostenimiento de esta criptomoneda podría agravar el calentamiento global. Sin embargo, algunas personas argumentan que el desarrollo de energías renovables en los sectores de las centrales eléctricas hace que el impacto en términos ecológicos sea menor.