"Las veces que te llamé, Matías, para hablar. Vos me conocés y sabés la clase de persona que soy. Y sabes que doy todo y hago lo que sea. Pero cuando me tocan a mi hijo, yo mato. Así que a mí no me toques a Dieguito porque reviento como una bomba”, disparó Verónica Ojeda contra Matías Morla.

La ex pareja de Diego Maradona respondió a raíz de las declaraciones del abogado en el programa de Jorge Rial sobre una supuesta alianza con Dalma y Gianinna. "He dejado todo para dedicarme de lleno a Dieguito. Cuando le detectaron un autismo chiquito, a los tres años, empecé a consultar con los mejores especialistas y me moví por todos los institutos de Argentina. Hasta que Alejandro Druetto me dijo que fuera a Estados Unidos. Lo podía llevar gracias a su papá. Cada vez que se acercaba a su papá, era un avance increíble. Por eso fuimos a México y dos veces al año íbamos a Estados Unidos por un tratamiento. Diego me propuso de hacer la terapia y refuerzo de escuela para que empiece primer grado bien en Buenos Aires. Teníamos buena relación como padres", recordó Ojeda en Polémica en el Bar.

Cuando yo necesitaba tratamientos para Estados Unidos, me la hacían difícil. No llegaba a Matías ni a Diego, no viene al caso explicar por qué, y tenía que hablar con la contadora de Matías.

“El dinero era de su papá, no era de Matías. Para que quede todo claro, le dije a ella que lo paguen directamente al instituto médico. Yo no tenía acceso a Diego”, apuntó.

Mirando a cámara, Ojeda le habló directamente a Morla: "Estoy muy enojada, Matías, porque estás diciendo que Diego te dijo que cuides a sus hermanas. Que yo sepa, cada una tiene su empresa y su hermana".

Diego les dio un montón y me parece bárbaro. Pero Dieguito Fernando tiene ocho años. Necesita un montón de cosas. Cada hermana tiene su familia constituida. Te pido por favor, Matías. Si querés hablar, no tengo ningún problema.

Además, relató cómo fue su último encuentro con el Diez. “Lo vi mal, salí llorando de ahí. Ese día la habitación estaba a oscuras, entró Dieguito corriendo, lo abrazó y le dijo 'hola papá'. Yo le pregunté si necesitaba algo pero me dijo que me quede tranquila, que estaba bien. 'Tenés que bañarte, afeitarte, estar bien para Dieguito', le dije. Él me prometió que iba a estar mejor. Cuando salí de ahí, hablé con las personas que trabajaban con Matías y les dije que no podía ser, que Diego estaba muy mal, que la psicóloga tenía que estar más seguido. Incluso el psicólogo Díaz entró y salió, estuvo cinco minutos, total ya había cumplido y le pagaban”.