El Parlamento español aprobó hoy la ley que despenaliza la eutanasia y el suicidio asistido, lo que convierte al país en uno de los pocos en el mundo que permitirá a un paciente incurable recibir ayuda para morir y evitar su sufrimiento.
La ley entrará en vigor después de una moratoria de tres meses y convertirá a España en el cuarto país europeo que permite la muerte asistida, junto a los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo. En América, los únicos que la contemplan son Canadá y Colombia, que la acepta pero no tiene legislación al respecto. "Hoy somos un país más humano, más justo y más libre", tuiteó el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, tras la sanción.
Hoy somos un país más humano, más justo y más libre. La ley de eutanasia, ampliamente demandada por la sociedad, se convierte por fin en una realidad. Gracias a todas las personas que han peleado incansablemente para que el derecho a morir dignamente fuera reconocido en España. pic.twitter.com/Ge4CZWuvIe
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) March 18, 2021
La nueva ley contempla, por un lado, la administración por parte de personal médico de una sustancia mortal y, por el otro, que la persona se encargue de tomar la dosis prescrita. La norma prevé que toda persona con "enfermedad grave e incurable" o padecimiento "crónico e imposibilitante" pueda solicitar ayuda para morir y así evitarse "un sufrimiento intolerable".
En relación a las condiciones, se requiere que la persona sea "capaz y consciente" al hacer la petición, que debe formular por escrito "sin presión externa" y repetir 15 días más tarde. El médico siempre podrá rechazarla si considera que no se cumplen los requisitos. Cualquier profesional de la salud puede alegar "objeción de conciencia" para negarse a participar en el procedimiento, cuyo costa estará a cargo de la salud pública.
La legislación fue aplaudida por organizaciones que defienden el derecho a morir dignamente, que mantuvieron una lucha de décadas, durante las cuales hubo casos emblemáticos que visibilizaron la problemática. El más conocido fue el de Ramón Sampedro, un gallego tetrapléjico que pasó 29 años reclamando el derecho a un suicidio asistido, cuya historia se reflejó en la película ganadora del Óscar, Mar adentro.
Fuente: Télam